Santiago, enero 20 de 2008.-
Querida Milena, sigo buscándote pese a la realidad que muestra tu ausencia. En el viaje hacia el Retiro Vocacional 2006 (¡qué lejano me parece aquel año y con él todo lo vivido) nos detuvimos en un lugar de la carretera que me ha sido imposible encontrar, era casi como si el tiempo se hubiese detenido allí por su decoración, la música, el color de la luz, los olores y el personaje que atendía ¿Existió, existe y seguirá existiendo? He allí una interesante problemática que abordar a propósito de los recuerdos perdidos en algún lugar del tiempo y espacio que compartimos junto a nuestra querida Milena. No logró asumir el dolor por su temprano vuelo, sin embargo, me invade también la alegría de haber compartido el espacio vital con un ser especial como lo fue Milena. Sus características permanecen tan vívidas que casi podemos traerlas a la realidad cotidiana.Algunas imágenes de aquel lugar y de lo vivido.
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