Al escuchar hoy, al Padre Jaime, en la emotiva eucaristía con que te recordamos, no lograba alejar la imagen, aún nítida en la retina, de la Ceremonia de Graduación, y la eucaristía que el Padre Jaime concelebró en esa ocasión.
Sólo que hace seis meses atrás estabas presente en cuerpo y alma.
Hoy tu fotografía ocupó un destacado sitio en el altar. Y tu recuerdo, un significativo espacio en nuestros corazones.
La vocecilla infantil de tu hijo Ignacio con el «Milena, te amo» nos recordó que tu obra está allí y germina.
Siento que faltaba esta ceremonia, extrañé durante seis meses, las cálidas palabras del Padre acogiéndote al iniciar el vuelo eterno.
La invocación al Espíritu Santo se empieza a manifestar .
Querida Milena: descansa en paz.
Vaya un beso emocionado hasta dondequiera que estés y no te alcanzamos.
Tu miss Chely.
Deja un comentario