¡Qué decir cuando ya van dos meses de su partida!
¡Qué mencionar de su imborrable sonrisa y ganas de vivir intensamente, apuradamente como si el tiempo fuera limitado!
Querida Milena, nos dejaste hermosos recuerdos que difícilmente pueden olvidarse con tu temprana, rápida y dolorosa partida.
¿Dónde estás ahora, a quién entregas ese inmenso amor, alegría de vivir, fe en un promisorio futuro y preocupación y responsabilidad por tu hijo Ignacio?
Quizás más cerca de lo que humanamente podemos imaginar, pero que ese mismo entendimiento no logra asimilar y reconocer en lo cotidiano o quizás sí, te has transformado en la compañía permanente de quienes te quisimos, te queremos y querremos.
Hasta pronto, querida niña, madre, hija, amiga y, por sobre todo un ser excepcional que añoramos con cariño, nostalgia, tristeza y felicidad de pensar que ahora sí descansa de todo lo que atacó con ferocidad su frágil organismo y que aún en esas circunstancias supo demostrar su fortaleza y amor a Dios.
Un beso donde quiera que estés.
Y mi homenaje por tu presencia entre nosotros.
…Sonrizass espontanias en tiempos que caresen de ellas*
Cierto y en especial en este gélido invierno sin el calor que irradiaba su sonrisa.
me hacia falta ver esa sonrisa
yo y todos sabemos que estabamos acostumbrados averte sonreir
un beso para ti