Santiago, febrero 11 de 2008.
Querida Milena, el tiempo ha continuado su inexorable paso, y ya se cumplen hoy 300 días de tu vuelo hacia la eternidad. ¿Qué más se puede decir, aparte de que nos haces falta, que te extrañamos y añoramos esos días en que nos regalabas tu presencia? Podemos sentirnos privilegiados por ser parte de tu entorno, por recibir tu amor, tu ejemplo de vida, por tu hijo Ignacio, en fin porque tu vida fue un espacio real y valioso para quienes te conocimos. Quiera Dios que goces ahora de la dicha que mereces y nos entregues la necesaria aceptación de tan cruel verdad. Te dejo algunas imágenes de «tus misses».
Un beso y hasta siempre
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